(Enric Garcia Domingo. Artículo publicado en la revista Drassana, número 13, Museu Marítim de Barcelona, 2005)
En los últimos años ha tomado carta de naturaleza la historia de la empresa como instrumento por conocer no sólo la historia económica sino también para aproximarse al pasado desde un nuevo punto de vista. La historia de la empresa marítima es un campo relativamente nuevo en nuestro país, y recientemente se han publicado trabajos excelentes que marcan al camino a seguir. Pero la falta de archivos empresariales completos y otras circunstancias hacen difícil dibujar retratos completos y fidedignos de las empresas que han protagonizado la historia marítima más reciente. Para aportar su grano de arena, el Museo Marítimo de Barcelona inició una línea de investigación sobre la marina mercante catalana de los siglos XIX y XX, con la voluntad de incidir en el conocimiento de este pasado tan próximo y tan desconocido.
Motovelero Asunción de las Peñas
El presente artículo es sólo un apunte rápido sobre una de estas empresas, la casa Masiques, que tiene, entre otras características singulares, la de su permanencia en el tiempo. A partir del recuerdo de la historia de esta empresa y de sus protagonistas es posible hacer una aproximación a lo que ha sido el mundo de la empresa en el puerto de Barcelona durante más de cien años. También puede ser un punto de partida para analizar las estrategias de las empresas para adaptarse a las posibilidades de negocio y a la coyuntura de cada momento sin perder nunca del todo el carácter de empresa familiar tradicional.
Motonave Conde de Fígols
Los primeros años de esta aventura empresarial son bastante desconocidos y también imprecisos. La primera época, fundacional y de rápida consolidación, tiene un protagonista absoluto en José Maria Masiques Tasis (1859-1930), un reusense que se establece en Barcelona en el año 1890, como agente de aduanas y que con el tiempo se introdujo también en el negocio de la consignación de pequeños veleros que movían las típicas mercancías presentes siempre en este pequeño cabotaje: cemento, algarrobas, estopa, productos cerámicos, etc. No sabemos gran cosa de este periodo, y parece que Masiques era uno más en el conjunto del sector. La sede de la casa se instaló en un lugar emblemático, en el número 10 del Paseo de Isabel II, en unos locales que fueron ocupados hasta octubre del 2004, cuando resultaban ya insuficiente y poco adecuados para las necesidades actuales. En el año 1917 se incorporó a la casa el hijo de José Maria, Miguel, nacido en Barcelona. Su temprana entrada en el negocio fue forzada, parece ser, por el trabajo acumulado a la casa, en un momento que coincidía con la Gran Guerra, que permitió realizar buenos negocios en general y muy buenos en el campo de las actividades marítimas.
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Se ha recibido una ayuda en el plan para las ayudas para la transformación de flotas de transporte de viajeros y mercancías de empresas privadas prestadoras de servicios de transporte por carretera en la actividad 2 de adquisición, en el marco del plan de recuperación, transformación y resiliencia, financiado por la Unión Europea, Next- Generation.